lunes, 22 de julio de 2013

EN LA QUIETUD DE MI CASA


Yo tengo mi puerta abierta,
abierta de par en par,
para que entre la alegría
y no se marche jamás.

No quiero que pasen penas,
pues penas los tengo ya,
sinsabores y fatigas
hoy las debo de olvidar.

Estando mi puerta abierta
creo que el aire pasará
y el frescor de la mañana
mi tristeza aliviará.

En la casa donde vivo
nunca entrará la maldad,
pasará la luz del día
que aleja la oscuridad.

Quiero morir en mi casa
donde mis hijas nacieron,
donde reinó la ternura
y desplegué mis desvelos.


Pilar Rodrigo Jiménez 

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