sábado, 19 de diciembre de 2015

ORO PARECE...


Rubén Pérez Redondo

POR TI HE MUERTO


Me hiere la indolencia del recuerdo
que custodia el candado del tiempo;
ya se derrumbó la noche en la planicie
de las profundas estrellas ingobernables,
las lágrimas asidas en los ahogados trances
y la turbiedad del insatisfecho privilegio
invocando borrascas y tempestades.

¡Cuánta emoción desdoblada en ínfimas porciones!

Por ti he muerto cien veces y, aunque todo nos pertenece,
dime, ¿dónde empezar sin ti y dónde esconderme?
Me hiere aprender a olvidarte,
ceñirme al silencio del ataúd
que encomienda mi tristeza
y la negrura de la insondable tierra,
que hiere besar los pernios de la muerte
y sofocar mi pasión con las liendres
del olvido y los efluvios del destino.

¡Cuánta emoción desdoblada en ínfimas porciones!

Me hiere el dulzor amargo del olvido
el silencio, y el vaivén del oscuro desenfreno;
hoy he vuelto a amar, rozando mejillas húmedas
y labios sedosos, hoy la belleza me ha aturdido
en el lapso continuo de mis inabarcables contornos.
Hoy, he vuelto a amarte y me has besado,
y el mundo ya no gira, ni el tiempo se apresura
a dejar en el olvido el recuerdo del pasado.

¡Cuánta emoción desdoblada en ínfimas porciones!

Por ti he muerto cien veces y, aunque tú no me perteneces,
dime amor, ¿dónde amarte a solas con el beso de la muerte?





Miguel Ángel Bernao

martes, 15 de diciembre de 2015

ECLIPSE DE SUEÑOS


¡Cómo cantaba la niña!
¡Cómo lloraba el zagal!

Por senda de limón sube
aceite y vino el gañán
vistiendo el viento de coplas;
¡San Antonio! ¿Dónde estás?

Jacintos de espuma loca
tiene la estrella polar,
el aire cuchillos tiernos,
la sangre aristas de cal.

Rumor de caballo nuevo.
Bordón de nieve rosá.

La niña borda con sueños
compromisos de cristal.

La sed blanca estrena peces;
espejos y juncos van
por los eclipses del sueño.

Por la mañana, el gañán,
burbuja de escarcha insomne,
tomó el camino del mar.




Ignacio Castellanos