lunes, 19 de agosto de 2013

VIAS FLUVIALES



Todos nadamos contra la corriente,

que aquí los ríos son de otra manera:
el agua sueña una feraz ribera,
aunque siempre la sueña inútilmente.

La Mancha encuentra un río y, de repente,
descubre que ese río sólo era
el nacimiento de un amor cualquiera
transformado en sudor sobre la frente.

Los ríos tienen tan pequeño el paso,
es su caudal tan pobre y tan escaso,
que es un error denominarlos ríos.

Y es aquí, los guadianas verdaderos,
son los sudores de los jornaleros
inventando sus propios regadíos.


Julián Márquez Rodríguez
 

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